Corumbá es una pequeña ciudad de unos 100.000 habitantes que hace frontera con Bolivia y Paraguay, a orillas del gran río Paraguay y se encuentra a unos 130km desde el Passo do Lontra, donde pasamos la noche tras el intento de avistamiento de jaguares que no dio su fruto el día anterior.

Cómo llegar a Corumbá

Corumbá se encuentra al final de la carretera principal BR-262 que sale de Campo Grande. Es una carretera muy bien asfaltada de un carril por sentido y en su mayor parte limitada a 80km/h por lo que desde el Passo do Lontra se tarda una hora y media en llegar.

Como curiosidad, el río Paraguay limita Brasil con Bolivia y Paraguay, y se cruza también 70km antes de llegar a Corumbá, donde también hay un peaje. Nosotros no llevábamos telepeaje instalado en el coche y en la garita de pago manual no había nadie por lo que pasamos directamente y al devolver el coche de alquiler nos cobraron el peaje de ida y el de vuelta (sin recargo, por supuesto).

Cruzando el puente sobre el río Paraguay a 70km de Corumbá
Cruzando el puente sobre el río Paraguay a 70km de Corumbá

Pousada Pantanal en Ladário

Al llegar a Corumbá nos dirigimos a Ladário para preguntar en la Pousada Pantanal de la que habíamos leído muy buenas reviews si tenían dos habitaciones libres. Sí que tenían, y bien equipadas, con fuegos para cocinar, muy buen aire acondicionado, baño amplio y una nevera enorme a estrenar.

El buffet de desayuno, que estaba incluído era muy bueno también y las vistas al río Paraguay desde el comedor, que estaba junto a las habitaciones eran impresionantes. Unas semanas antes incluso se había colado un jaguar por allí...

Vistas desde la puerta de las habitaciones de la Pousada Pantanal, en Ladário
Vistas desde la puerta de las habitaciones de la Pousada Pantanal, en Ladário

El dueño era una persona encantadora. Nos dió muy buenos consejos sobre qué ver o dónde comer. Le preguntamos dónde podíamos cambiar dinero ya que se nos estaba acabando el efectivo y nos dijo que por allí imposible, que para cambiar dinero había que ir a Campo Grande.

Él aceptaba tarjeta sin ningún tipo de recargo pero aún así, para hacernos un favor totalmente altruista nos cambió euros a reales al cambio que marcaba la aplicación XE en ese momento. Un diez.

Disfrutando de nuestro primer rodizio brasileño

Llevábamos una semana ya en Brasil y aún no habíamos probado ningún rodizio, así que en nuestro día de turisteo decidimos que ya iba siendo hora.

En Google Maps habíamos visto varios con buenas puntuaciones y para salir de dudas pedimos consejo al dueño de la Pousada Pantanal, que nos recomendó el Restaurante e Churrascaria Laço de Ouro.

El funcionamiento era similar al de otros rodizios, hay un buffet libre muy completo del que puedes servirte cuando quieras y hay varios camareros que se acercan a tu mesa con espadas de una carne concreta. Te explican lo que es (nosotros no lo entendíamos bien, pero la verdad que no hace falta, está todo buenísimo) y si te apetece te corta un trozo y lo coges con tus pinzas (cada uno tenía las suyas) para echártelo en tu plato.

Rodizio en el Laço de Ouro de Corumbá
Rodizio en el Laço de Ouro de Corumbá

Cristo Rei do Pantanal en Corumbá

Después de la comida seguimos de turismo por Corumbá y lo primero que visitamos fue la gran estatua Cristo Rei do Pantanal que está muy cerca del centro pero que tiene un amplio parking y nos acercamos en coche.

Sara y Fran en el Cristo Rei do Pantanal en Corumbá
Sara y Fran en el Cristo Rei do Pantanal en Corumbá

Como está en una zona un poco elevada tiene buenas vistas tanto de Corumbá como del río Paraguay al fondo. Además la subida al Cristo Rei escenifica un Vía Crucis con diferentes representaciones de la Pasión de Cristo.

Vamos, que unas cuantas fotos y poco más.

Estas son las vistas desde el Cristo Rei do Pantanal
Estas son las vistas desde el Cristo Rei do Pantanal

Puerto de Corumbá

Nuestra visita terminó con un paseo por el Puerto de Corumbá, en el centro. Aparcamos de nuevo en el restaurante donde habíamos comido el Rodizio para recorrer a pie el centro y bajar hasta el Puerto, que no sabemos si debido a que ya estaba atardeciendo pero nos lo encontramos con muy poco movimiento.

El aspecto de los edificios era muy colonial pero necesitaban una mano de pintura. Eso sí, el Puerto nos regaló un atardecer estupendo y el sol se puso por la zona de Bolivia, que quedaba al Oeste de Corumbá.

Maravilloso atardecer en el Puerto de Corumbá
Maravilloso atardecer en el Puerto de Corumbá

Y aquí terminó nuestro día de turisteo por Corumbá, no sin antes tomarnos unas cervezas heladas en un bar cercano al restaurante donde habíamos comido ya que a pesar de que ya había atardecido aún hacía un calor importante en la calle y teníamos muchísima sed.

Al día siguiente volveríamos a Campo Grande para dar por terminada la primera mitad de nuestro viaje en la que visitamos el Mato Grosso do Sul y comenzar la segunda mitad, en la que visitaríamos el norte, terminando con el plato fuerte de avistar jaguares en Porto Jofre.