Llegó el día. Masai Mara es uno de los Parques Nacionales más famosos, no sólo de Kenia, sino diría que de África en genera y es parte del ecosistema Serengueti-Mara que se extiende hacia Tanzania. Es hogar de los "Big Five" (leones, leopardos, elefantes, búfalos y rinocerontes), así como de guepardos, hienas, jirafas, cebras, ñues, todo tipo de antílopes y muchísimas especies de aves. Un paraíso para el amante de la vida salvaje.
De Nakuru a Masai Mara
Esa mañana madrugamos de nuevo porque teníamos algo más de 200km desde Nakuru hasta la puerta Sekenani, que es la más accesible desde Nakuru.
Paramos a mitad de camino en Narok, un pueblo grande, donde hicimos unas compras y estiramos un poco las piernas y seguimos hasta Sekenani. A medida que nos acercábamos ibamos viendo poblados Masai con Masais que nos hacían señas para parar, pero nosotros ya habíamos visitado el poblado Samburu de Mike y teníamos suficiente.
¡Y tras 5 horas de viaje, por fin llegamos a la puerta Sekenani!
A pesar de que era ya por la tarde no dudamos en pagar la entrada (80$ americanos por persona, válida para 24h) para empezar a explorar el parque. Echamos un vistazo también a los campings de dentro del parque pero eran prohibitivos por lo que buscamos en Lonely Planet un campamento cerca de alguna puerta cercana que entrara dentro de nuestro presupuesto y llamamos para reservar en el Crocodile Camp que está situado junto a la puerta Talek.
Primer Safari por Masai Mara
Sabíamos que en la época en que viajábamos (enero) los grande grupos de cebras y ñus se encuentran en el Serengeti, pero no nos dió la impresión de que hubiera pocos animales la verdad. Nos encontramos con muchísimas jirafas, elefantes, y antílopes y, aunque nos metimos por alguna pista donde no había ningún vehículo y no vimos practicamente ningún animal, la sensación general era de que este parque tenía una densidad de todo bastante grande.
La conducción en general era bastante asequible. Había zonas con arena pero no eran complicadas, y había varios charcos de barro que tratamos de evitar (spoiler... acabamos encallando en uno...). Después de estar 3 días conduciendo por el parque lo que vimos fue que llovía muchísimo por las noches y por lo tanto las mañanas eran muy complicadas, pero con el calor del día por la tarde la película era totalmente diferente.
Tras haber hecho nuestra primera rueda de renconocimiento salimos por la puerta Talek al Crocodile Camp (por el que pagamos unos 800 chelines por persona y noche) para dejar la tienda montada, ya que llegaríamos ya anocheciendo.
Tras conocer el camping y montar la tienda (el camping está muy bien, tiene muy buenas instalaciones y no sólo tiene zona de acampada, de hecho éramos los únicos acampando) volvimos a entrar al parque.
En esta ocasión optamos por la técnica de levantar la mirada y perseguir a los vehículos que cambiaban de dirección de forma brusca y se dirigían a un punto concreto a alta velocidad. Se nota que en este parque los guías se avisan de los avistamientos, y de esta forma acabamos viendo una pareja de guepardos que acababa de cazar (3 minutos antes y asistimos a la persecución...) y estaban disfrutando de su presa.
Nos sorprendió que lo hicieran a la vista de todo el mundo. Al día siguiente nos contaron que los gueparos habían aprendido a cazar "utilizando" los vehículos de los turistas para ocultarse y demás...
Justo después de esta vista impresionante de los guepardos merendando dimos con una pareja de leones haciéndose carantoñas, y ésta era la primera leona que veíamos en nuestro viaje.
Encallandano nuestro 4x4 en Masai Mara
Como ya estaba empezando a anochecer nos dimos satisfechos con estos dos avistamientos tan maravillosos y tuvimos la mala pata de encallar en una pista llena de barro en la que nos quedamos completamente atascados... a 20 metros de los leones.
La situación fue un poco peculiar, menos mal que en seguida se acercaron varios vehículos para tratar de ayudarnos y gracias a una cadena enganchamos nuestro 4x4 a otro más grande y entre eso y la gente que nos ayudó a empujar (llenándonos de barro hasta las orejas) conseguimos sacarlo y volver al Crocodile Camp de una pieza.
Diluvio en nuestra tienda de campaña en Masai Mara
Durante toda la noche nos acompañaron rugidos de leones y hienas (entre el Crocodile Camp y el parque sólo estaba el río Talek, que hacía de separación virtual) y fue una experiencia dormir escuchando este espectáculo... hasta que se puso a llover.
Cada vez llovía más y no paraba, por lo que el agua empezó a entrar en la tienda de campaña y tuvimos que improvisar.
Junto a nuestra tienda se encontraba la cocina del camping, a la que se podía acceder ya que no tenía ningún candado, por lo que metimos la tienda dentro para poder dormir sin calarnos hasta los huesos.