Tras la etapa de Lüderitz donde descansamos viendo la colonia de Pingüinos en Halifax, salimos pronto para completar los 500km que nos separaban de Sesriem antes del atardecer.

Alojamiento: Sesriem Camp Site

Como siempre durante este viaje (a excepción de las 3 noches en Etosha) no teníamos reserva y no pensábamos tener problemas, pero al llegar al Sesriem Camp Site (gestionado nuevamente por la NWR) ya vimos que estaba bastante lleno. Nosotros queríamos alojarnos en este camping básicamente porque está dentro del parque Namib-Naukluft y es la única manera de poder ver el amanecer en la Duna 45 así que preguntamos en recepción y nos ofrecieron poder aparcar el coche en una explanada en la que ya había un buen número de vehículos y que llamaban en inglés "overflow".

No eran las parcelas bien equipadas del camping (la verdad que en general los campings de la NWR tenían muy buenas parcelas, amplias, con poste eléctrico y barbacoa), pero podríamos arrancar los primeros hacia la Duna 45 y hacer uso de las instalaciones del camping (duchas, servicios...).

Nos cobraron 225$ por persona, y eso que no teníamos electricidad y las instalaciones estaban al otro lado de la campa, en el camping. Además de esto, pagamos la entrada al propio Parque Nacional, de 80$ por persona y 10$ por el vehículo.

Amanecer en la Duna 45

Esa noche pusimos el despertador antes de lo normal, para estar los primeros en la valla de entrada y nos colocamos los cuartos en la línea de salida (se formó una fila de coches bastante larga esperando a que abrieran la valla). Abrieron poco antes de amanecer y tratábamos de respetar el límite de velocidad de 60km/h que marcaba constántemente, siendo conscientes de que iba a amanecer antes de llegar a la duna, que es lo que sucedió.

No entendíamos por qué no abrían antes las puertas, si el plan de todos es conducir hasta el parking de la Duna 45 y ascender viendo al amanecer.

El caso es que llegamos a la Duna 45, aparcamos y empezamos a ascender ya con luz y comenzamos a ver cómo salía el sol mientras estábamos ascendiendo, algo que fue absolutamente impresionante. Ver el horizonte contra un mar de arena naranja fue algo que no olvidaremos jamás.

El amanacer en la Duna 45 es absolutamente impresionante
El amanacer en la Duna 45 es absolutamente impresionante

La ascensión la verdad que nos cansó un poco, y el esfuerzon con el frío que hacía nos dejaba un regusto como a sangre (nada grave, por supuesto) y nos dedicamos las próximas horas a hacernos fotos subiendo y bajando por las dunas. Una pasada.

El entretenimiento de la mañana en el Namib: Subir y bajar dunas
El entretenimiento de la mañana en el Namib: Subir y bajar dunas

Cuando ya no teníamos fuerzas para seguir subiendo dunas pasamos a modo turisteo por el Parque Nacional. Cogimos el coche y visitamos Deadvlei, Sossusvlei, Elime Dune, Hidden Vlei...

Se puede circular sin problema con un utilitario normal, pero si no tienes 4x4 hay un punto en el que no podrás continuar, pero no hay problema, hay un parking y transporte gratuito para moverte por los siguientes puntos de interés.

Nosotros decidimos seguir por nuestra cuenta y la verdad habiendo practicado en parques con mucha arena en Botsuana no resultó complicado... siempre que no paráramos, que fue el error que cometimos para poder grabarnos un vídeo conduciendo por las dunas. Alvaro tuvo que parar para recogerme después de la grabación y no pudimos sacar el coche. Por suerte el conductor del transporte gratuito paró, se bajaron todos los turistas y nos ayudaron a empujar el coche haciendo balancín (vamos, un espectáculo), y pudimos sacar el coche. Última vez que pararíamos el coche en una zona con arena.

Alvaro en Deadvlei
Alvaro en Deadvlei

Como ya hemos comentado, nuestra idea era una vez vivida la experiencia del Namib, volver a Etosha para repetir del plato fuerte del viaje, por lo que por la tarde pusimos rumbo a Solitaire, a unos 100km al norte del Namib, donde haríamos nuestra primera escala.

Y nos decidimos por Solitaire porque queríamos probar la tarta de manzana típica de este lugar, pero donde paramos no sólo no tenían, sino que el camping donde queríamos pasar la noche estaba de obrars. Por suerte nos hablaron del Tended Camp Gecko, un poco más al norte, donde sí encontramos sitio.

Alojamiento en Solitaire, Tended Camp Gecko

Al llegar al Tended Camp Gecko los dueños nos recibieron de una forma excepcional y la verdad que era un sitio ideal para relajarse mirando al horizonte a la hora del atardecer, por lo que fue todo un acierto y descansamos muy bien para la kilometrada que nos esperaba al día siguiente, donde haríamos escala en el Waterberg Plateau, de camino a Etosha.

Atardecer en Tended Camp Gecko
Atardecer en Tended Camp Gecko